La articulación temporomandibular (ATM) constituye, sin duda alguna, la articulación más olvidada del cuerpo humano. Esto, unido a su particular biomecánica y a la atribución exclusiva de las patologías que la afectan a las esferas odontológicas y maxilofaciales, hace que no se aprovechen los numerosos recursos de tratamiento que desde la fisioterapia se pueden ofrecer.
En esencia, podemos decir que las disfunciones que afectan a esta estructura, y que permiten su tratamiento con fisioterapia, van a ser los trastornos en su movilidad (por defecto, exceso o mala realización de los movimientos) y la aparición de síndromes dolorosos, tanto en la articulación afectada como en territorios próximos (otalgia y dolor facial).
Actualmente es impensable separar la ATM de las estructuras que la rodean y del resto del cuerpo. La importante relación biomecánica y fisiológica que presenta con el cráneo y la cintura escapular la hacen vulnerable a todos los cambios posicionales que sufren estos segmentos, influenciados a su vez por la postura general del individuo a través de las cadenas musculares y articulares.
Nos encontramos ante diferentes patologías y sintomatologías con múltiples opciones de tratamiento: habrá patologías más agudas, como las que encontramos en el tratamiento quirúrgico o las luxaciones de urgencias, y tratamientos más complejos de reestructuración a largo plazo. Por todo ello el tratamiento deberá ser multidisciplinar, incluyendo una actuación ocluso dental, articular, muscular y fascial. La terapia manual y la rehabilitación global nos permitirán evitar actuaciones terapéuticas que puedan repercutir negativamente en otras partes del cuerpo, y lo que es más importante, el trabajo entre odontólogo, cirujano maxilofacial y fisioterapeuta obtendrá resultados más satisfactorios.